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Mal trato al personaje femenino 

Desde el punto de vista de un lector, voy a presentar el tema del machismo o mal trato al personaje femenino, en la novela “El alma al diablo”, porque es un tema que está obteniendo una gran repercusión actualmente, en Europa, en América, en todo el mundo.

En el libro se puede apreciar, que el personaje llamado “Salomón” claramente, maltrataba a su “amada” pareja Tamara. El libro toma una faceta muy realista tomando temas de este  tipo de interés, este tema, debe ser unos de los más tocados, en reuniones de gobierno, como de amigos y familia. Diferentes tipos de campañas como #Niunamenos o #Nuncamásamilado que buscan concientizar a la personas, de que el maltrato hacia una pareja, sea hombre o mujer, aunque en estas campañas principalmente la mujer es la víctima por el solo hecho que la mujer es mucho más maltratada que el hombre, sin irnos del tema del libro, en el libro Salomón busca pegarle en algún altercado, la insulta y sube el tono de su voz. Cabe aclarar que el maltrato hacia una persona no solo es de manera física, sino también de manera psicológica y espiritual.

Yo he tenido la “mala suerte” de presenciar algo de esta característica, cuando iba caminando por la calle, bajándome del colectivo y un chico, decide pegarle a su mujer diciéndole cosas en cuanto a cómo se vestía y porque había visto a un chico que había pasado, después otras personas tomaron cartas en el asunto, separando al hombre, golpeándolo, bueno y después intervino la policía y me fui, tenía que llegar a entrenar.

En cuanto a estas cosas que pasan, no debemos dejar que sigan pasando, no somos nadie para poder elegir la vestimenta de otra persona, no podemos privarle la libertad a la persona que se nos plazca, solo porque es “MI” pareja, nadie es propiedad de nadie y debemos respetarnos unos a los otros, para finalizar les dejo una frase que recitó para la campaña “Nunca más a mi lado” el interminable Eduardo Galeano.

-“Hay criminales que proclaman tan campantes ‘la maté porque era mía’, así no más, como si fuera cosa de sentido común y justo de toda justicia y derecho de propiedad privada, que hace al hombre dueño de la mujer. Pero ninguno, ninguno, ni el más macho de los supermachos tiene la valentía de confesar ‘la maté por miedo’, porque al fin y al cabo el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo”

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